Las elecciones son generales, nacionales, directas,
iguales, secretas y proporcionales. El país entero constituye una única
circunscripción electoral. Todos los ciudadanos tienen derecho a voto a
partir de los 18 años de edad. El día de las elecciones, cada elector
emite un voto para un partido político, que lo representará en la
Knéset.
El día de las elecciones es feriado. Los electores que ese día se
encuentran alejados de su lugar de residencia habitual pueden utilizar
gratuitamente los transportes públicos para ir a votar. Militares,
pacientes hospitalizados y reclusos, votan en urnas especiales
instaladas al efecto, al igual que los marineros en alta mar y los
diplomáticos israelíes en el extranjero.
Un comité electoral central, encabezado por un juez del Tribunal
Supremo y constituido por representantes de todos los partidos que
tienen bancas en la Knéset, es responsable de la realización de los
comicios. Comités electorales regionales supervisan el funcionamiento de
las mesas electorales. Éstas deben comprender representantes de por lo
menos tres partidos de la Knéset saliente.
Hasta la fecha, en todas las elecciones, entre un 77 y un 90 por
ciento de todos los electores registrados han emitido su voto, lo que
refleja el gran interés de la mayoría de los israelíes por su política
nacional y local.
En las elecciones a la Knéset se vota por una lista de partido y no
por un individuo en particular. Los numerosos partidos políticos que
participan en las elecciones reflejan una amplia gama de posiciones e
ideologías.